Determinar qué camino
recorrer de los muchos que se pueden elegir en el día a día de la gestión
empresarial no suele ser asunto sencillo.
Cuando se tiene un conflicto
en la toma de decisiones se presentan los siguientes factores:
- Hay varias opciones. Cuando tenemos una sólo alternativa no tenemos
conflicto en saber qué hacer. El problema se presenta cuando hay
varias posibilidades.
- No tenemos certeza del resultado de nuestras acciones.
- Hay mucho que perder. Una decisión se hace más difícil en la medida
que se arriesga más dinero o hay muchas personas que se pueden perjudicar
si nos equivocamos en nuestra elección.
Todo lo anteriormente
expuesto nos puede generar: ansiedad, confusión, duda, miedo, arrepentimiento y
vergüenza.
El especialista argentino
Gustavo Moguilevsky recomienda aplicar el Método PROACTITUD para aclarar el camino para la toma de
decisiones. Esta herramienta consiste en tener claro los siguientes elementos:
Problema: Se refiere al ¿qué? del
asunto que queremos resolver. Una dificultad mal resulta por lo general es
consecuencia de una mal planteada.
Objetivos:
Es ¿el por qué? de nuestro asunto.
Alternativas: Asegurarse
de tener a la mano todas las posibilidades a evaluar. Por más descabelladas que
parezca la vía de solución.
Consecuencias: Estudiar las repercusiones de cada alternativa.
Transacciones: Eliminar alternativas de menos valor.
Incertidumbre: Colocarse en el futuro. Qué sucedería en cada alternativa tomada.
Tolerancia al riesgo: Tener conciencia del nivel de riesgo que se puede
tomar.
Urdimbres
Psicológicas: Los pensamientos o sentimientos que nos puede generar la decisión tomada.
Decisiones vinculadas: Todas las acciones secundarias que tendremos que tomar luego de que ejecutemos nuestra decisión.
Twitter@jesusguillermo1
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