martes, 19 de octubre de 2010

“Lo verdaderamente importante está en casa”



Mi columna de hoy va dirigida a esas personas incondicionales que son el apoyo fundamental de todo emprendedor: Familiares, amigos y extraños que sin razón alguna se convierten en cómplices de quienes día a día luchan por crear su negocios o para hacerlos más productivos.

Hoy quisiera que todos les brindemos un reconocimiento público a todos ellos. Agradecer es la clave del éxito, porque trae paz con nosotros mismos y es un dulce regalo para quienes nos apoyan.

Para quienes estén pensando que mis letras de hoy son muy melosas, quiero dejarles una pequeña parte del discurso de Fernando “Nando” Parrado, quien es uno de los dieciséis sobrevivientes de la “tragedia de los Andes” ocurrida el 13 de octubre de 1972, y quien es hoy en día un respetado empresario y conferencista de liderazgo empresarial.

"Ningún éxito en la vida, justifica el fracaso en la familia", así tituló Nando su conferencia, a través de la cual sigue haciendo reflexionar a numerosos gerentes del mundo sobre lo que es verdaderamente importante en la vida.


Agradezco a la lectora que me envío la información para esta columna.


La fila 9

¿Han oído hablar de los sobrevivientes de los Andes? En 1972, un avión militar
 con 40 pasajeros y cinco tripulantes se estrelló en la Coordillera de los
 Andes en ruta hacia Santiago de Chile.

 De las 45 personas que iban en el avión, 12 murieron en el accidente (entre
 ellas la madre de Fernando Parrado); 5 murieron al otro día, y a los 8 días
 muere Susana Parrado (hermana de Fernando)debido a sus lesiones.

 A los 16 días, una avalancha se llevó la vida de ocho más, y dos jóvenes
 murieron a mediados de Noviembre por las infecciones de sus lesiones.
 Los demás, completaron 72 días en la montaña, hasta que fueron rescatados.

 Esta es una conferencia que dió Fernando Parrado, sobreviviente de los Andes:



"NINGÚN ÉXITO EN LA VIDA JUSTIFICA EL FRACASO EN LA FAMILIA"

 ¿Qué conferencista logra hoy colmar un auditorio de 2,500 ejecutivos
 y empresarios, muchos con sus mujeres e hijos, y hablar durante una hora
 y media sin que nadie pierda detalle del tema ?

 Fernando Parrado, uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los
 Andes, a 36 años de aquella historia que asombró al mundo,
 consiguió hace algunos meses más que eso: Conmover a un foro de
 negocios y capacitación empresarial al transmitir las simples moralejas
 que le dejaron vivir 72 días en plena Cordillera sin agua ni comida.

 Fue durante la jornada de cierre de Expo Management 2008.
 Su presentación, un monólogo sin golpes bajos acompañado por vídeos e
 imágenes de la montaña, tuvo dos etapas bien diferentes.

 En la primera narró, con un relato íntimo repleto de anécdotas,
 los momentos que lo marcaron de aquella odisea a 4000 metros de altura
 en la que perdió a buena parte de sus amigos, además de su madre y su
 hermana.

 '¿Cómo es posible sobrevivir donde no se sobrevive?',
 se preguntó.
 'Sobrevivimos porque hubo liderazgos, toma de decisiones y espíritu de
 equipo, porque nos conocíamos desde mucho antes', dijo.

 Y arrojó un primer disparador.
 "En la vida el factor suerte es fundamental"

 Cuando llegué al aeropuerto de Montevideo no daban número de asiento
 para el avión. A mí me tocó, de casualidad, la fila 9, junto a mi mejor amigo.

 Cuando el avión chocó en la montaña, se partió en dos.
 De la fila 9 para atrás no quedó nada.
 Los 29 sobrevivientes al primer impacto viajaban en la parte que quedó a
 salvo.' De ellos, dijo, 24 no sufrieron un rasguño.

 Así, los menos golpeados empezaron a ayudar, actuando como un verdadero
 equipo. Administramos barritas de chocolate y maní al punto de comer un
 grano por horas cada uno.

 Marcelo, nuestro capitán y líder,
 asumió su rol para contenernos cuando le preguntábamos qué pasaba porque
 no llegaba el rescate.

 Decidimos aguantar.'
 Pero días después el líder se desmoronó.
 La radio trajo la noticia de que había concluido el rescate.

 '¿Cómo hubieran reaccionado ustedes?
 El líder se quiebra, se deprime y deja de serlo.
 Imagínense que yo cierro esta sala, bajo la temperatura a -14 grados
 sin agua ni comida a esperar quién muere primero.'
 se hace un Silencio estremecedor de la primera a la última fila.

 'Ahí me di cuenta de que al universo no le importa qué nos pasa.
 Mañana saldrá el sol y se pondrá como siempre.
 Por lo tanto, tuvimos que tomar decisiones.
 En la noche 12 o 13 nos dijimos con uno de los chicos:

 «¿Qué estás pensando?»

 «Lo mismo que vos. Tenemos que comer, y las proteínas están en los
 cuerpos.»
 Hicimos un pacto entre nosotros, era la única opción.
 Nos enfrentamos a una verdad cruda e inhumana.'
 Desde la primera fila, decenas de chicos llevados por sus padres
 escuchaban boquiabiertos.

 Parrado apeló a conceptos típicos del mundo empresarial.
 'Hubo planificación, estrategia, desarrollo.
 Cada uno empezó a hacer algo útil, que nos ayudara a seguir vivos:
 zapatos, bastones, pequeñas expediciones humanas.

 Fuimos conociendo nuestra prisión de hielo.'

 'Hasta que me eligieron para la expedición final, porque la montaña
 nos estaba matando, nos debilitaba, se nos acababa la comida.
 Subí aterrado a la cima de la montaña con Roberto Canessa.
 Pensábamos ver desde allí los valles verdes de Chile y nos encontramos con nieve y montañas a 360 grados.

 Ahí decidí que moriría caminando hacia algún lugar'.

 Entonces sobrevino el momento más inesperado. Pero, "esta no es la historia que vine a contar", avisó.

 Y contó que su verdadera historia empezó al regresar a su casa, sin su madre ni su hermana, sin sus amigos de la infancia y con su padre con una nueva pareja.

 '¿Crisis? ¿De qué crisis me hablan?

 ¿Estrés? ¿Qué estrés?

 Estrés es estar muerto a 4000 metros de altura sin agua ni comida',
 enfatizó.

 Recordó un diálogo fundamental que tuvo con su padre, que le dijo:

 'Mira para adelante, anda tras esa chica que te gusta, ten
 una vida, trabaja.Yo cometí el error de no decirle a tu madre tantas cosas por estar tan ocupado, de no compartir tantas festividades con tu hermana, no darme el tiempo de platicar con ellas mis vivencias, no decirles cuanto las amaba'.

 Y cerró, determinando:

 'Las empresas son importantes, el trabajo lo es, pero lo verdaderamente valioso está en casa después de trabajar: la familia'.
 Mi vida cambió, pero lo más valioso que perdí fue ese hogar que ya no existía al regresar.

 No se olviden de quién tienen al lado, porque no saben lo que va a pasar mañana.

 Una interminable ovación lo despidió de pie ......

 "NINGÚN ÉXITO EN LA VIDA, JUSTIFICA EL FRACASO EN LA FAMILIA"
 Si TÚ tienes un cálido hogar, piensa que al igual que Yo:

 Eres una persona con Suerte !!! Te tocó de la fila 9 hacia adelante, y créeme .... la mayoría viaja de la 9 para atrás.


Gracias amigos lectores por estar allí.

jrodriguez@tuproductora.com

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